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La guarida del zorrito

MI ABUELITA PAULITA

MI ABUELITA PAULITA

Hola...

Hoy es martes 10 de agosto de 2005, y me dió por recordar a mi abuelita Paula, sí la esposa de mi abuelo Isidro, el viejito chupador y parrandero de mi historia anterior, ambos papás de mi papá. De pequeño, yo no podía pronunciar su nombre, según me contó mi madre, y le decía abelita pútala... jajajaja, cada vez que le decía así ya de viejo, se encorajinaba, pues me decía que se imaginaba, no se que cosa....

Ella fué originaria de un pintorezco pueblecito de Jalisco, llamado Tapalpa... Antes muy humilde, hoy un emporio turístico de montaña, con hoteles, albergues, restaurantes y ¡Claro discoteques!... Uta madre, nada se escapa de esa modernidad que aniquila y hiere los sentidos, como si no hubiera formas más sanas y hermosas de divertirse y descansar.

Su familia era humilde, dedicada a la extracción de la trementina, que es la savia de los pinos, con la cual se fabrica el aguarrás, que es un líquido muy inflamable que se utilizaba (ahora se usa el thiner) mucho en carpintería, en pintura, en medicina natural y no se en que otras madres. También en tiempos de aguas, se sembraba el maíz, que una vez cosechado se guardaba en trojes elevadas, para el consumo del próximo año, se cultivaba también el chile, la calabaza y los bules, pues no debían faltar en la casa de ningún campesino, pues al no inventarse el plástico aún, servían para llevar agua a las labores del campo, para chupar el aguamiel de los magueyes que después se habría de transformar en el exquisito y nutritivo pulque.

Se crió a la par de otras dos hermanas: María y Francisca... correteando gallinas y borregos entre los pinares, ocotales, encinales y mezquitales, lacerando sus carnes con espinas de maguey, cuando había que sacar los huevos que la gallinas necias ponían en los lugares más recónditos tratando de ponerlos a salvo del hambre de sus dueños, y así empollarlos lejos de las miradas traviesas de los niños y niñas del lugar.

La imagino junto a sus hermanas como ninfas del bosque, con sendos ramos de flores silvestres, hermosas, como sus caritas y su alma misma. Esos ramos a los que añadían, sin duda, ramas de poleo, anísillo, retama y romero del campo e irían a adornar el altarcito que no faltaba nunca en las casas de los pobres, con las imágenes de la Virgen de Guadalupe y el Sagrado Corazón de Jesús, pero sobre todo irían a perfumar el interior de la casita humilde hecha de adobe y tejas de barro cocido, rojas, alegres, que contrastaban con la seriedad del barro adobino, y el piso pulido a mano con tierra blanca de la falda del cerro. ¡Ah!... Además se quemaba flor de Santa María, amarilla y con un olor mejor que el de el maestro limpio de hoy, sí ese del genio pelón. Pero nada se comparaba con el olor a tierra húmeda que se esparcía en el ambiente a las primeras lluvias... No nunca, aún hoy, procuro de vez en vez, comprar un jarro de barro y beber agua en el... mmmmm Ni modo Ciel y Santa María y otras marcas de aguas, nunca será igual. Por las noches, el interior se alumbraba con velas sebo de res, con mecheros de querosene o simplemente la gente se levantaba con los primeros rayos del sol y el canto del gallo y se acostaba al oscurecer, después de rezar el santo rosario y se gastaba menos el combustible, pues había que ahorrar lo más que se pudiera.

Al frente, un jardincito, lleno de rosales, de amapolas (aún no era flor prohibida), de todos los colores que puedan imaginarse: blancas, lilas, rosas, rojas, amarillas, moradas y no faltaba el zempaxochitl y el tacote, las glisinias, los jazmines, el huele de noche, la sobre la montaña y las hiedras en tiempos de aguas... en ocasiones se sembraba un minúsculo herbario u hortaliza donde había sembrados: rábanos, lechugas, cebollas, chiles, calabaza de jardín, entre otras verduras y hierbas de olor como la hierbabuena, el perejil, el cilantro, la menta, la ruda, el orégano, el epazote, el estafiate, todos con su respectiva carga sanitaria, pues antes no había tantos doctores y menos especialistas, si acaso hasta Guadalajara o México, y eso era para ricos... Se caminaba por vereditas, pero ahí las familias eran felices, unidas en torno a sus integrantes y a Dios, fieles a sus creencias, tanto, que esa parte del estado de Jalisco, fué pródiga en soldados cristeros y en esposas fieles y amantes.

Al fondo, un corral, donde estaban los pollos, los puercos en su respectivo chiquerillo hecho de palos, y hojas de árboles de encino, y más al fondo, el trascorral, donde descansaban las bestias, después del trajín de la siembra, y pegados a los cercos de palos o de piedras, árboles de durazno, pera, manzana y tejocote... uyyyyy el exquisito dulce de tejocotes... Mmmmm rico... allá en el trascorral se resguardaba bajo un tejabán, la leña de encino o de roble o de perdida de pino, que seca podía esperar por años para ser consumida... Nada de gas, pura rama muerta de árboles caídos por el rayo, la fuerza del viento o por la edad...

De por ahí a los 17 años, Don Isidro cortó esa bella flor que era mi abuelita... La sacó de blanco de su casa, como correspondía a un hombre y una mujer de bien... La imagino, caminando a pié de su casa a la iglesia, donde el cura bendeciría su unión, con un ramo de tacotes blancos en la mano, y al hombre, endomingado, de calzón y cotón o camisa de manta cruda, blanca, contrastante con la flor de tacote en la mano de la abuela y de huarache nuevo. ¿Su viaje de bodas?... Jajajajaja entonces no se usaba eso... Después de una comida de gallina rellena, unos vasos de pulque curado y aguamiel para las mujeres... De ahí al jacal preparado por el hombre, para irlo transformando en casa, poco a poco, iba a repetirse la historia y a esperar la felicidad de los hijos, los hijos que Dios dispusiera mandar al seno de la nueva familia.

No se mucho de la vida juvenil de ellos... pues yo los conocí realmente a partir de mis cinco años, edad de la que apenas queda cierta remembranza. Pero si recuerdo, que me vivió hasta mis treinta y ocho años, y en ese lapso, la disfruté como persona, como guardián y como cocinera. MMMMMMmmmmmmmmmmmm. Recuerdo sus guizos: Capirotada, caldo de pollo criado por ella, tarta de garbanzo y miel, compota de manzanas, es más, hasta los pinches frijoles tenían un toque especial, con epazote, bola de masa y en olla de barro cocidos en leña, el santo olor de las tortillas hechas a mano, machitos de tortilla de maíz caliente y sal... Mmmm una exquisitez.

De su vida en matrimonio, lo que recuerdo es, una unión con muchas penurias, las penurias de la época posrevolucionaria, pero felices de ser y de estar, pues entonces, ser y estar, era ganancia. tuvieron 14 hijos, de los cuales solo les vivieron, que yo recuerde cinco: Lupe, Carmen, Rubén (mi papá), Juan y Socorro. Todos ellos gente de bien y llenos de bondad.

¡Ah!... Una cosa... Esa zona de Jalisco de donde era ella, fué pródiga en curas, pertenecía o pertenece al obispado de Colima, y como solo en Colima ciudad, había seminario, mi abuelita, ya casada, viviendo en Colima, era Sanjuanera de todos los seminaristas de sus lares que podía... es decir, les daba comida, les lavaba y planchaba sus ropas de a gratis... ¿Y saben qué?... Mi abuela ya de viejecita y en la cama, jamás recibió la visita de un seminarista o cura de ésos... Jajajajajajaja. Pero se llevó la satisfacción de servir... a ellos y a Dios. ¡Ah!... Y otra cosa... Quiso hacerme cura a mí.... Jajajajajajajajajajajajaja, eso sí me da risa ahora, yo no sería capaz de guardar celibato ni en la cuaresma, pobre de mi abuelita, era en verdad una verdadera joya, montada en un corazón de oro puro.

Crió nueve nietos, de dos hijas que murieron jóvenes, sin quejas ni pesares, pues según ella, era su Cruz y había que llevarla con dignidad. Murió a los 94 años, lúcida, feliz del reencuentro con su esposo y con TODOS sus hijos, pues tuvo la fortaleza de echarlos por delante a todos ellos, no dejó a ninguno, salvo como ochenta nietos y otros tantos biznietos y tataranietos, creo, jajajajajajaja, prolífica la viejecita.

Bueno por hoy es todo... Ojalá y les haya gustado leer de mi abuelita, les prometo que voy a seguir contando de mi familia, hasta llegara a mis nietecitos... Ojalá, si Dios quiere.

EL ZORRITO

EL ZORRITO

Un amigo mío, muy querido por cierto, se extrañó del mote de "El Zorrito" que traigo endilgado desde hace muchos años. Tengo que dejar constancia del porqué me dicen así, porque ese mote, causa mucha confusión, pues un zorro, es un animalito que puede prestarse a muchas interpretaciones. Buenas o malas, según quien las haga, y más el tono en que se hagan.

Sucede, que hace 29 años, me dió por ser comerciante y me dió por poner una papelería, negocio que con mucho esfuerzo personal y de mi esposa crecimos, y que alcanzó con el paso del tiempo cierto prestigio, y del cual, por razones de tiempo tuvimos que traspasar por no poder atenderlo.

En sus inicios, vendía unos cuadernos escolares que tenían el dibujo de un zorrito, el cual dibujé en el frente de mi pequeño negocio y cuando empecé a publicitar mi empresa en la radio, el propietario de la estación, fué a comprar algunos artículos de oficina y me ofreció buscar un logo que distinguiera a mi papelería... ¿Y cuál otro podía ser...? Sí. El Zorrito, mote con el cual la gente de mi pueblo, que me otorga su amistad o confianza, me conoce y que realmente no me desagrada de ninguna manera, al contrario, me gusta.

Posteriormente, deje mi actividad de comerciante, para dedicarme a la docencia y al servicio público, con el cual poco a poco se ha ido diluyendo el mote y ahora me conocen más como "profe" que como zorro o zorrito...

Creerán que esto que les cuento es intrascendente, la verdad, es que no lo es tanto, por lo menos para mí, pues a algunos les causa risa, sorpresa, enojo, burla; etc. Bueno, ahora dicho animalito ha entrado en mi vida con una especie de fascinación permanente y donde quiera que veo un zorro o zorrito, lo cazo, aquí pongo algunos que me han regalado y pronto estará otro, que será dibujado especialmente por ése amigo tan querido, que es uno de los mejores dibujantes que conozco y quien me ha querido dedicar ese trabajo salido de sus manos. Desde ahora le digo que el dibujo que me obsequie, será mi preferido. Gracias.

Mario López Barreto.
20 de julio de 2005.

EL ABUELITO ISIDRO

"EL abuelo Isidro"... Já, todo un tema...

¿Quién no ha tenido abuelos?... Bueno, sólo quien no tiene padre, no tiene abuelos, pero existen personas que no tienen ni padre, ni madre, cuantimás abuelos...

Hoy amanecí con algo de entusiasmo (hacía tiempo que no tenía humor) para recordar a los abuelos, pero empezaré por orden (dicen que primero son los padres), yo digo que depende... porque en mi casa en lugar de patriota, hubo matriota... Mi madre se imponía en todo, pues ya ven como eran las mamaces de antes...

Bueno, pero empecemos con el relato del abuelo Isidro...

Pos él se llamaba Isidro y se festejaba (?) el día 15 de mayo, en fechas en que aún no se acostumbraba festejar al "maestro"... Creo que nació (mi abuelo, claro), el día de San Isidro Labrador... Jajajajajaja, que bueno que no nació el día de San Nepomuceno, porque sus papás, (mis bisabuelos) le hubieran puesto la chinga de su vida.

Era chaparrón... (Así lo recuerdo), blanco como la leche, pero quemadón por el sol de la costa... algo así como leche en jericalla (¿conoce usted la jericalla?), es algo así como un postre de danone... Ah.. No se olvide que si consume un danone, ayuda a que un niño sea feliz (¡claro, el niño del dueño de la fábrica!), pinche viejo, se voló y patentó un postre más mexicano y jaliscience que el tequila... Bueno pero ya me salí del tema, que es el abuelo.

Bueno, él era o fué (¿como decir?)... de los bajos de Jalisco, (de El Limón, Jalisco, cerca de Tonaya, la tierra del mezcal)... Porque los altos de Jalisco son de por allá de Tepa, o no se de donde cabrones, solo sé que hay bajos de Jalisco (¿será por lo chaparros?) y los altos de Jalisco (¿Será por lo grandotes?... Uyyy qué miedo)... No pues él nació en la tierra del mezcal (que es Tonaya), en las faldas del Volcán de Colima, no puedo decir de Jalisco, porque así se llaman los volcanes, aún cuando Jalisco detente su propiedad... jajajaja. Y bueno pues él fué del siglo pasado, nació por allá por mil ochocientos noventa y tantos, hace dos siglos... la neta que no sé de cierto el año.

Además de blanquito y chaparrón, era de ojos azules, azules, azules como el cielo de abril, (Ah, nos heredó, el color y lo chaparro, pero los ojitos... nanay), ¡y una chispa de aquellas!... tenía la broma a flor de piel (yo diría a flor de lengua)... picarón, el viejano, pero eso sí, muy cumplidor, trabajador y fiel amante de mi abuela Paulita (otro día les hablo de ella); a la que adoraba con la pasión de un perrito adoptado, muy buen matrimonio aquél, hasta la muerte de él.

Bueno pues mi abuelo... era un borrachín de aquellos, tomaba como cosaco en puerto... Decía mi abuelita que era así, porque en la revolufia lo perdió todo, y que ella lo comprendía y lo amaba así... (yo creo que si mi abuela hubiera vivido hoy, cualquier sicosiquiatra le hubiera dicho que era masoquista y que debería recobrar su identidad y que debería de dejarlo abandonado a su suerte), pero ella vivió antes, y amó a mi abuelo como se amaba antes, decía, que cuando se adquiere una propiedad, se adquiere con todo lo que tiene de bueno o de malo... ¡Allá ella!

¡Ah!... Pero eso sí, nunca que yo sepa, recuerde, intuya o me hayan chismeado, le levantó la mano a mi abuela, la bromeaba eso sí, la vacilaba y todo, pero jamás la ofendió con una mala palabra o golpe... Decía que juego de manos, era juego de villanos y que a la mujer debía amarse como a Dios, porque ella guardaba los secretos del creador (¿será?)...

Recuerdo que una vez, estaba más borracho que una palmera de Veracruz (de las palmeras de Lara, ¡claro!) y mi abuela, le dijo una gran ofensa... Le dijo: -Borracho empedernido y cabresto... Si no te compones me voy a ir de monja-.... Jajajajajajaja... ¿Les cuento que dijo el borrachín descarado de mi abuelo?... -Ay.. Paulita de mis amores... Regáñame más, pos mientras más me regañes, más te quiero-... ¡No, pos no había lucha con él!

Ah... Otra vez, recuerdo, que estaba en una cantina cercana a mi casa que se llamaba "La India Bonita", Cantina Kas Bha de Media Noche... (Ja... puto nombrecito...), bueno, pues ahí mero se encontraba el abuelo con unos amigos tomando cerveza Quijote, de esas gorditas de envase obscuro, con la efigie del Quijote y Sancho Panza, y oyendo la canción de "Mi Cafetal"... que le encantaba y que dice...

Aunque la gente viva criticando,
me paso la vida sin pensar en ná...
Pero no sabiendo que yo soy un hombre
que tengo un hermoso y lindo cafetal,
pero no sabiendo que yo soy un hombre
que tengo mi vida bien asegurá...

Ah, pues que llega mi abuela a la puerta de la cantinucha y que le manda decir con una mesera que saliera, pues ahí estaba ella... ¡Y Que sale el abuelo!... y le dice. -¿Y usted, que hace aquí?... Váyase a su casa que ahorita nos vemos-... Y ahí va la abuela de regreso, toda compungida y asustada... Ya al rato llegó don Isidro y le dice: -Mire señora... Yo me casé con usted pa que me cuide, más no pa que me ande cuidando... -Debe saber señora, que a usted la amo más que a mi vida, y no quiero que ande llendo a esos lugares, que no son para damas, ahí solo entran lo borrachos como yo, y las guilas, a las que no volteo a ver, porque ya tengo a mi mujercita linda a la que amo-... -¿No sabe usted quien es?-... La abrazó y ahí termino todo... Y mi abuela, jamás volvió por esos lugares.

Mi abuelito Isidro, en sus cinco sentidos, era de lo más chido, jugaba con nosotros, nos hacía tzumbas con un hilo y corcholatas; baleros con un bote de chiles, un palo y pabilo; espadas con varas de chamizo... Ah y los huaraches con correas de puerco (blanditas), o de res, (duras)... Todo a su tiempo, pues en las aguas se usaban duras, porque el agua se encargaba de ablandarlas. También por la nochecita, amarraba hilo negro de coser (marca de la cadena o mariposa) con un pañuelo blanco o negro o rojo y hacía títeres simulando la voz (?) de una paloma, de un vampiro, de un pollito... bueno de casi todos los animales que volaban. Los veintitantos nietos que vivimos juntos, fuimos muy felices en la niñez, y nos sentíamos protegidos y amados por el abuelo borrachin, ocurrente y amoroso de la abuela. Que anduvo en la revolufia y lucho por mí y por vos.

¿Y saben qué?... No les puedo contar mucho, porque yo tenía como 7 u 8 años cuando murió... ¿De qué creen que murió?... Sí de eso... de borrachito... le salía agua por la piel, se empapaba en la sábana, era duro verlo sufrir, panzón y flaco a la vez... Murió el mismo día en que en la Ciudad de México se enterraba a Pedro Infante... a los 66 años de edad se quedó quieto, mirando a la abuela que lloraba como la Virgen Dolorosa de su retablo...

Ese fué mi abuelo, lo comparto con ustedes, porque yo, no soy de la rancia aristocracia, soy de abajo y como dice la canción, abajo me quedo... Pues acá abajo no tenemos nada que ocultar, por eso les cuento que tuve un abuelo borrachito, pero trabajador y amoroso... Ya me voy, pues tengo qué hacer y no me regalan la sopa, hay que ganarla y la verdad es que en mi tierra se suda mucho para hacerse de los pesos que hacen falta siempre...

Nos vemos en la próxima, para hablarles del abuelo Pascual... (jajajajajajaja), ¡Ah pa nombrecitos escogían antes!... Qué bueno que yo nací el 19 de enero, que se festeja a San Mario, y mejor que me escogieran ese nombre, porque también, ese día, se festeja a San Canuto, ¿me imaginan a mí con ese nombrecito?... Nombre rima con casi todo....Jajajajajajajaja.... Chingada madre con los nombrecitos. Mejor, hay nos vemos.

Mario López Barreto.
10 de julio de 2005...

Ah... se me olvidó decirles que mi abuelo se llamaba Isidro López López, porque antes se casaban primos con primos y nada pasaba... como dice nuestro amadísimo (?) presidente, Chente....

Disculpen lo mal escrito, pero tenía que entrar a mi guarida, si no estos pinches blogeros (¿Se dice así?) capaz que me la borran, así que más les vale si quieren seguir sabiendo de mi vida... jajajajajaja, pues que comenten pa que vean que sí entra otra gente que no sea yo pa ver lo que he escrebido (?)... ¡digo! Adios.

Sandía

Sandía

Una rebanada de sandía para mamá Tolla en el día de las madres, acompañada con flores de su propio jardín...

Mario López Barreto.
10 de mayo de 1958.

Dibujada en papel de cuaderno escolar de dibujo marca "Tigre" y colores "blanca Nieves" remojados con saliva de un niño pobre, pobre y loco, loco, loco. Jajajajajaja.

En nuestra memoria

En nuestra memoria

Ahora descansa en la gloria del Señor.

Por la gran mujer, esposa, hermana, hija y maravillosa madre.
Eustolia Barreto

QUERIDA MADRECITA

QUERIDA MADRECITA

Querida mamá Tolla... Querida mamita:

Hoy miércoles 15 de junio de 2005 dejaste de existir. Siempre me había sentido muy mal al ver a una persona en su lecho de muerte, pero ahora no, no me sentí mal ni sentí pena ni pánico al saber que me dejabas, muy al contrario, sentí una paz infinita, una ternura increible, la misma supongo que sentiste tú cuando me tuviste en tus brazos recién nacido. Te ví tan frágil con tus ojitos cerrados, con tus manecitas unidas, con la faz tranquila, con la paz reflejada en tu semblante, con esa paz que proporciona el deber cumplido y la misión concluída y por todo el amor que diste y recibiste a lo largo de tu generosa vida a propios y extraños.

Los últimos meses de tu vida, nos diste ejemplo de paciencia y aceptación, no hubo quejas, ni lágrimas, siempre una sonrisa, siempre una bendición, siempre mensajes de amor y de esperanza... No hubo de tu parte herencias materiales pues esas no fueron para tí, ¡y qué bueno!... La herencia que nos dejaste es maravillosa: es tu ejemplo de mujer buena, fiel, respetuosa y amante de Dios y de tus semejantes, es la educación y la preparación que nos brindaste, poniendo en ello tu pasión y tu vida, fué, el habernos educado en el temor de Dios y en el amor al prójimo. ¡Grata y grandiosa herencia de vida!

Por éso, mi niña bonita, por éso no hubo miedo ni horror ante tu muerte... Sólo acepto como parte de mi vida, la pena de ver el final de tu ciclo vital... ahora, físicamente ya no existes, no puedo ya tocar tu piel, ni ver tus ojos tristes, ni escuchar las canciones que cantabas con tu voz maravillosa, ni tu risa cantarina; no puedo sentir tus labios ni la señal de la cruz que ponías en mi frente al bendecirme; ya no percibiré el olor de tus cabellos, ya no podré más, deleitarme con tus exquisitos guisos, ya no, pero a cambio, sé que desde arriba tendré tu bendición y tu amor eterno.

Al dejarte en el cementerio tuve necesidad de expresarte lo que siento y no pude, se que no podrás oír este mensaje, pero lo que sí se que llegará a tí, sin duda, allá donde quiera que estés. Recuerda mamita, siempre te amé y siempre te amaré... Tú vivirás en mí y yo en tí, estoy seguro, ahora te ruego solo, que al final de mi camino, seas tú quien me lleve a la presencia de ese Dios maravilloso al que me enseñaste a amar, mientras tanto, vive su amor en unión de todos los seres queridos para tí, que sin duda te recibieron encantados.

Solo me resta encontrar resignación en la familia, recordando las palabras que desde niño nos decías "Dios, nunca nos dará cargas que no podamos llevar a cuestas". Sí mamita linda... Dios me ayudará a soportar tu partida y a esperar la mía, para estar juntos para siempre. Te fuiste para ser una nueva estrella, que tu estrella sea la que ilumine lo que me resta de vida.

Madrecita... Mi nietecito, Mario alfonso, me dió este mensaje para que lo pusiera en tu féretro en una servilleta, no lo hice, perdón por ello. no fuí capaz porque sabía que de cuaquier forma tu sabrías el contenido de sus pensamientos cuando se acercó a tí, pero lo incluyo aquí como muestra de su amor por tí... (sic)

Abuelita Ustolia te quiero decir que
te extraño mucho, yo no quería que
te fueras al cielo pero estavaz
muy malita, quisiera que estuvieras
aquí conmigo y no ariva onque
se que aya eres muy feliz por que
estas con el hombre mas vueno
del mundo que se llama Diosito
aya hay muchos gardines y tienes
muchos amigos, es todo.

Te quiero
Mucho.

Mario Alfonso.

Mamá, Gracias por la vida que me diste pues a través de ella, pude conocer la luz del sol, la luna y las estrellas, el ruido del río y la fuerza del mar, tu sonrisa y tu mirada triste; gracias porque por la vida que me diste pude conocer el amor de mi esposa, de mis hijos y de mis nietos; la belleza y el olor de las flores, gracias por el calor de tus besos que aún siento pegados a mí; gracias por la simpleza y contundencia de tus sabios consejos porque por ellos soy lo que soy, un hombre útil a Dios y a mi patria, a mi familia y a mí mismo; gracias por la disciplina que me aplicaste porque gracias a ella supe distinguir.. La verdad de la mentira, el amor del odio, la bondad de la maldad, el trabajo del ocio pecaminoso y sobre todo, gracias por la grandeza de tu amor y de tu ejemplo, pues por medio de todo ésto descubrí el amor de Dios, aquí mismo en la tierra. Por todo ello y mucho más... ¡Gracias querida mamá Tolla!

Tu hijo Mario.
17 de junio de 2005.

Sabes amor?...

Sabes amor?...
Creí ser a quien querías... Y no,
lo he visto en tus ojos, ayer, cuando decías ¡Ven...!
te diste sin entrega, sin rozar siquiera mis labios,

Así no quiero... Tus caricias no son mías,
lo he visto en tus ojos.
tu fingiste amor... y ahora, no sé que será de mí,
es mejor, ¡vete!... Vuela libre, ¡te amo tanto!

Que seas feliz es mi alegría
¡Vete ya!... No hagas esperar a quien te espera,
para darle tu amor que cual puñal, me mataría.
pero tu felicidad, entre todo, es lo primero

Mario López Barreto.
10 de agosto de 1989.

Pienso en tí

Pienso en tí...

Cada vez, que miro el cielo azul de Tecomán... Pienso en tí..

Cuando siento ganas de llorar, pienso en tí..

Cuando sale el sol y escucho a la gente reir, pienso en tí

Cuando voy a comer, a beber, o, a dormir... pienso en tí.



Cuando llega a mi la melancolía... pienso en tí

Cuando me hablan y no escucho, es que estoy pensando en tí,

Cuando escucho la música que te gusta, pienso en tí.

Cuando muera, también pensaré en tí...

¿Lo crees, amor?

Mario López Barreto.
Febrero 26 de 1972.

PORQUÉ SOY MAESTRO...

¿Porqué eres maestro?...

Es la pregunta que me hacen, como si fuera algo fuera de lugar algunos de mis amigos, incluso, algunos de mis alumnos que saben que a esa actividad entre las muchas que he desempeñado y desempeño en mi vida, es a la que dedico más tiempo, y la que menos beneficios económicos me reporta.

Yo he contestado siempre, que es porque me gusta, pero aquí hago una reflexión más completa, y que Dios me perdone por usar tan insigne título que solo a Él y a nadie más que a Él, corresponde:

Todo hombre de bien reconoce y admira a sus maestros, sería elemental ingratitud no hacerlo, hay muy grandes y buenos maestros, no abundan, quizás porque tampoco abundan los buenos alumnos. Hay queridos maestros, con sus errores a flor de piel, pero con algo tan especial en ellos, que nos hace olvidar sus terrenales fallas y admirar solo la luz que irradia su espíritu. Hay medianos maestros, que solo repiten renovados o no, los pocos conceptos que aprendieron, y pues, de algo han de vivir... ¡Pobres!. Ah!... Y también hay malos maestros, como en todo, hay que reconocerlo aunque duela, y a ellos, debemos perdonar tantas horas huecas que injustamente se tiran al vacío.

Ser maestro, es un poco extravagante o loco, porque después de todo existen formas mucho más sencillas de ganarse el pan, sin horarios rígidos, sin presiones, sin golpes bajos, sin soportar jóvenes desfasados a quienes hay que enseñar muchas veces hasta a hablar, pero sobre todo, durmiendo las horas completas. Pero en esto de ser maestro, existe la esencia y la búsqueda de algo maravillosamente interno, profundo e implacable, que atrae y arrasa con uno y con todo.

Ser maestro, se parece en mucho a ser albañil, que piedra a piedra construye catedrales, son muy pocos los instrumentos que usa, y a un extraño, le parecerán fáciles de manejar... ¡Que lo intente!... Verá que tiene su chiste, y que la aparente sencillez esconde muchos años de aprendizaje y práctica. Y luego, al final de la jornada se recibe la paga, si el trabajo está bien hecho y si no, vienen los reclamos, no importa que al albañil se le hayan entregado piedras amorfas, duras, sin hilo, ni escogidas y malos materiales. A la larga, por desgracia o por fortuna, el amor al oficio gana y vuelve a él, con renovados bríos, a seguir construyendo enormes catedrales, o pequeñas capillitas.

¡Claro!... nadie presume de ser albañil, como tampoco nadie presume de ser maestro, ambos son oficios humildes, pero vitales. La ostentación compensa los trabajos huecos, los que necesitan música y cohetes para hacerse notar. ¿Cuántos reconocen el valor del oficio de un albañil o de un maestro?... Pocos, pero suficientes para aprender que existen seres humanos, que aún distinguen la grandeza y el inmenso valor de las cosas simples.

En los años cincuentas, un profesor preguntó en una reunión sindical del magisterio en la Paz, B. C., a cierto Presidente de la República, la razón por la que se habían rezagado los salarios de los maestros, y el presidente, respondió, que era porque los maestros no producían... (sic), a lo que el profesor preguntón, contestó, es verdad, no producimos nada, solamente ingenieros, contadores, doctores, dentistas, abogados, empresarios y uno que otro Presidente de la República... al poco tiempo, el cheque de los profesores fué beneficiado a nivel nacional con un leve pero significativo aumento.

Quisiera gritar a mis alumnos de hoy, de antes y de mañana... ¡Perdón!... Por mis desaciertos, por mis desánimos, por dar tan poco, por mi presencia en las aulas, por mis injustos excesos de justicia, por mis errores y defectos; pero no lo haré, pues de todo esto, también he querido enseñarles, que antes que ser maestro... ¡soy simplemente un ser humano...!

Cuando me desespero porque no avanzo a la velocidad que quisiera, recuerdo la parábola de "El buen sembrador", éste, no se preocupa porque toda su semilla fructifique, pues con algunas de ellas que lo hagan, garantizarán el éxito de la cosecha y la permanencia de la especie... ¡En esas semillas, permaneceré yo también, una vez que deje de ser maestro para siempre... por esas semillas no moriré!

¡Por éso soy maestro!

Mario López Barreto
Mayo 15 de 1989.

In Memoriam...

IN MEMORIAM

Para: Gustavo A. Vázquez Montes.
Destino: El Cielo.

Querido Gustavo:

Hoy, a las 5.00 A. M. del 25 de febrero de 2005, impactado aún por tu trágica partida, sucedida ayer, y con los ojos ya sin lágrimas por derramar, me pongo a escribirte esta carta para recordar lo que vivimos juntos… Dudo, después de tu familia, alguien haya vivido más y mejor tus emociones y sueños que yo, por eso, como un recuerdo para ti y un tributo a tu familia las dejo plasmadas en el papel, esperando que su sentido llegue a Ti, allá a donde sin duda, encontrarás el verdadero reconocimiento y amor.

Te recuerdo aún, la primera vez que entraste a mi pequeño negocio de papelería, vestido de short y sudoroso, para comprar los útiles para tus estudios, de esto hace ya casi 29 años… Y luego alegre y sonriente me dijiste ¡Hola… No me gusta el nombre de tu negocio!... Pero lo dijiste de tal forma, que lejos de molestarme lo festejé contigo, riendo y te dije: Bueno, pues te aguantas mi cuate, y al explicarte el motivo, me dijiste: Me convenciste amigo. Y me platicaste orgulloso que ibas a estudiar a Colima, para maestro, como tu mamá, porque te gustaría enseñar a los demás... Y de verdad nos has enseñado a todos con tus lecciones de vida, ojalá las apliquemos.

Poco después, fuimos llamados a colaborar por Dn. Rubén Rosas García en su administración como presidente municipal de Tecomán. Ahí, te apodé en broma, “El Tierno”, y te molestaste un poco, porque me dijiste que el mote no te gustaba y te expliqué el porqué, pues apenas con escasos 20 años de vida, le harías frente al Departamento de Educación, Cultura y Deporte del municipio. Y tú aceptando, me apodaste “El Verbo”, dizque porque siempre te convencía por la palabra… Bueno pues ahí, a pesar de estar tierno, demostraste más madurez, sensibilidad y responsabilidad, que muchos maduros que han tenido en sus manos esa Dirección que aún añora el paso de la cultura, el deporte y la educación que tú así tiernito, le diste. Recuerdo las noches culturales con Guadalupe Pineda, Viola Trigo y tantos artistas que desfilaron por el jardín principal de nuestro pueblo, al no tener un espacio de cultura adecuado.

Durante ese tiempo, juntos vivimos grandes emociones, como la pérdida fatal del amigo Fernando Williams, tu boda, el nacimiento de tu primera hija, la alegría de las noches bohemias donde reímos, cantamos y lloramos juntos.

Después de ésa responsabilidad, como siempre, los funcionarios quedamos al garete, tú preocupado me dijiste: ¿Y ahora qué? Y te dije: Tengo un sueño… Dar a Tecomán, una escuela técnica para trabajadores, donde con poco, se preparen para hacer frente a sus vidas… Adoptaste mi sueño como propio y juntos lo hicimos realidad, para crear el “Instituto Benito Juárez”… acordando el nombre, para dejarlo como modelo de vida para los jóvenes estudiantes que por nuestras aulas pasaran. Y aquí estoy Gustavo: En la realidad de nuestro sueño, creciendo y dando a Tecomán, jóvenes técnicos, convencidos de que el esfuerzo, la lucha y el trabajo son la mejor forma de honrar a México.

En nuestro Instituto, también: Vivimos, reímos, disfrutamos y lloramos juntos. Hicimos del Benito, el primer bachillerato incorporado a la Secretaría de Educación del Estado, lloramos juntos la muerte de tu madrecita, esa gran señora, excelente amiga y ejemplar ciudadana que ahora, sin duda estará a tu lado para seguirte amando; ahí estudiaron mis hijos, tus sobrinos y muchos hijos de amigos, convenciéndonos de que valió la pena el esfuerzo. Después de nueve años de lucha juntos, por lo que creímos, partiste para hacer frente a nuevas responsabilidades, siempre haciéndome partícipe de tus sueños, y yo ahí, animándote, apoyándote y creyendo en tí.

Así, tierno amigo, como una vez te dije, desfilaste como regidor, presidente de tu amado partido el PRI, del cual me diste lección de lealtad en la ciudad de México, cuando presentamos examen de locutor y el aplicador te dijo: Qué malo para usted ser del PRI, cámbiese al Partido Cardenista… Y Tú le dijiste: “Yo soy priísta por convicción, y si algo debo cambiar lo haré desde adentro, pero jamás traicionaré al Partido, como muchos que se sirvieron de él. En lo que me reste de vida no cambiaré ni de sexo, ni de religión ni de partido”. ¡Y así fué...!

Luego vino: Una diputación, la presidencia municipal, otra diputación la presidencia estatal de nuestro Partido y la gubernatura… No creo que colimense alguno, además de nuestro mutuo amigo Fernando Moreno Peña, jamás, hayan escalado en tan pocos años de vida, lo que ambos hicieron… Y tú lo hiciste bien, en un clima de respeto, civilidad y armonía… Pusiste lo mejor de tí para hacer lo correcto, toda tu vida.

Siempre fuiste respetuoso de las convicciones de los demás, por ejemplo, conmigo: Jamás te molestaste porque no quise aceptar puesto alguno en tu administración municipal, ni tu invitación a ir a Colima para ocupar otro cargo “mejor”… Porque como buen verbo, te expliqué y convencí, que mi sueño era hacer crecer a nuestro querido Instituto Benito Juárez, como un hijo, y ahí lo vemos creciendo y albergando en sus aulas a más de 300 jóvenes soñadores. Como tú y como yo. Tal y como lo concebimos juntos.

Fuimos: Primero conocidos, luego compañeros de trabajo, compañeros de lucha, fuiste mi ahijado, mi compadre, mi asesor, pero más que nada, fuiste mi hermano querido y mi entrañable y leal amigo.

Gus. Mi querido Gus… Colima está impactado y triste por tu partida… Colima, ha sufrido cada año en los últimos, una tragedia: El temblor, la división de su gente alentada por la rabia política en unas elecciones, donde demostraste tu valía, dentro del respeto y la civilidad; y ahora, tu trágica partida del escenario político, económico y social colimense. Y esa partida, fue, por ir en pos de nuevas y mejores inversiones que dieran a los colimenses un futuro mejor. ¡Desde donde estés, no dejes de velar por esta tierra maravillosa que nos vió nacer. Tú desde allá, sigue siendo nuestro Gobernador!.

Naciste para ser un triunfador… No cabe la menor duda: Triunfaste en unas elecciones para ser el presidente de la sociedad de alumnos en la Normal de Maestros de Colima, para la dirigencia de tu partido, para dos diputaciones, para una presidencia municipal, para la gubernatura (dos veces)… ¿Habrá otro con ése currículum?… ¡No. Y por lo menos a corto futuro no se avisora otro!.

Los que dijeron que no tenías experiencia, se quedaron con los ojos cuadrados en tu breve actuación gubernamental, los que te denostaron, que porque tú jamás, según ellos, “diste clases”, ignoran que no solo lo hiciste, sino que creaste el “Instituto Benito Juárez” y muchos jóvenes, llevan tus enseñanzas por su vida exitosa, que siendo presidente municipal, construiste la Casa de Cultura tan anhelada, y que ahora se encuentra semiabandonada; canchas deportivas, que eran tu pasión, luchaste porque se fundaran en Tecomán dos secundarias y muchas, quien sabe cuántas preprimarias y primarias. ¡Tontos, creen que educar es solo enseñar a leer!... ¡Pobres!.

Ahora sí… Tus denostadores, ésos que te difamaron, que hirieron a tu familia y a los que verdaderamente te amamos, quedan ahí, a merced de su pequeñez de espíritu. Ahora sí, el presidente municipal de tu tierra, podrá hacer de tu pueblo lo que quiera, , y a la mejor todos festinan tu partida por el botín que les representa el poder por el poder, pero te puedo jurar, que muchos colimenses, lucharemos porque tus sueños por Colima, se hagan realidad.

Una vez comentamos: Que el que es capaz de gobernarse así mismo, es capaz de gobernar a una familia, y el que es capaz de gobernar a una familia, es capaz de gobernar a un pueblo. Y contigo se expandió el decreto, porque fuiste capaz de gobernar a todo tu estado. ¡Gracias hermano, te admiro, te respeto y te recuerdo con amor!. Sólo me resta decirte que de tu canción favorita “Gracias” de José Alfredo, ésa que cantamos tantas veces juntos y en la que preguntabas que “Cómo podrías pagar que te quisieran”… Te digo que ya lo pagaste, con tu vida… Y no hay amor más grande, que el de aquél que da la vida por lo que cree. Colima te agradece la ofrenda de tu vida.

Gustavo: Esa familia hermosa que integraste y que ahora queda en la orfandad, no estará sola, porque dejaste muchos y maravillosos amigos, que de una u otra forma, estaremos al pendiente de ellos, y sin duda tú, desde allá, velarás por ellos también… No están solos, porque tienen el ejemplo y la lección del mejor padre que pudieron haber tenido. Ellos crecerán y seguirán sin duda tu ejemplo, porque tienen la misma madera. Disfruta de la compañía de mamá Lita, tu mamá, de tu hermano, de tu abuelita, que también tanto te amó, pero más, disfruta de la presencia de Dios.

Descansa en Paz.

Tecomán, Colima. Viernes 25 de febrero de 2005.
Tu padrino.
Mario López Barreto.

Publicado en Ecos de la Costa el sábado 27 de febrero de 2005.
Como una ofrenda a un hombre grande... Que siempre llegó tarde a clases, pero fué puntual a la cita con su destino, vivió siempre en compañía de sus amigos... Y se marchó acompañado de grandes amigos... ¡Descansa en paz hermano!

¿Qué es una vieja amistad?

¿Qué es una vieja amistad, mi viejo amigo?
preguntas algo fácil, que saldrá enseguida,
Mi viejo amigo: Es un sol iridiscente,
es magia de luz, de paz y de ironías
envuelta en tafetanes de amores y armonías
que regresan al recuerdo de la paz dormida.

Soy tan viejo. ¡Y estás en mis recuerdos...!
Desde niño y amigos, en plática locuente,.
entre añales atrás de mi existencia,
donde acudes a mi frágil mente
entre baños y entre risas, de rapaz iriente
persiguiendo los cuijes de lomos fluorescentes.

Yo de enero... tú de febrero...
tan iguales y en todo desiguales...
tan vecinos como el sol y las estrellas,
que brincando del camino los güinares
y entre ramas cardosas de huizache
va quedando nuestra huella de huarache.

Ahora veo nuestra vida en su conjunto,
con los años cargando a mis espaldas
¡Cuánto añoro de estar como en antaño!
tendidos, quietos y en placer morboso
con mano suave y con placer sin daño
dejar salir nuestro inquietante gozo.

¿Qué será de nosotros, viejo amigo?
¿Quien traerá ésa paz a nuestras vidas?
tan lejos y tan cerca de los años,
anhelando siempre converger un día
y volver a vivir como en antaño,
sin más pena ni gloria, que el futuro extraño.

El tiempo se nos va, como agua de las manos,
nuestras almas se duelen displicentes,
sin poder aspirar el perfume de la infancia
y vivir de los recuerdos tan presentes,
¡recuerdos vívidos en todos los sentidos!
y traerlos aquí, a nuestra presencia.

Al amigo ausente.
Mario López Barreto.
19 de enero de 2003.

Yo soy... Ella es...

Yo soy de los que saben sin saber,
de los que ríen, sin reir,
de los que lloran sin lágrimas.

Ella es de fácil llanto,
de fácil risa, sin quebrantos,
y sabe mucho, mucho de todo.

Yo soy de los que piensan, sin pensar,
de los que gritan, sin gritar
de los que se entregan, sin entrega.

Ella, se entrega fácilmente
grita a todo pulmón lo que ella quiere,
y piensa más de lo que debe lo que dice.

¿Porqué la diferencia?
No lo sé, pero me enredo en su ser,
en su sentido, sin sentido, que me gusta.

Me hiere su vanidad
y me refresco en ella.
como verso entre los labios del poeta.

Yo soy el que soy. Ella es, la que es...
ambos, somos lo que somos,
pero aún así, nos bastamos.

Ella, es aquello que me gusta...
¿Le gustaré?, no sé, y no me importa,
la amo es mi complemento y ¡Basta!.

Mario López Barreto.
Febrero de 1973.

Al vuelo

Un nuevo amanecer se desliza suavecito...
como la piel del bebecín dormido...
soñando con tus labios y tu risa...
desgranada al pabellón de mis oídos.

El momento se me va así, sin sentirlo...
Acariciándote en mi mente ya, desnudo...
Depositando un beso en tu fragante pecho...
Con la ansiedad de un mirlo enloquecido.

Es verdad o mentira, lo que vivo?...
No lo sé pero voy a disfrutarlo...
Mientras pueda acariciar, altivo ...
la rosa roja de tu piel desnuda...

Y al salir del momento de la entrega
dormir muy solo y en feliz reposo,
alcanzar la mirada de tu rostro,
y encontrarme fresco, en la mirada de tus ojos.

Mario López Barreto.
Diciembre de 1971.

A mi esposa...

Ven a mi mujer hermosa...
dame tus manos y dime tus cosas,
ven al lecho junto a mí,
para alcanzar mi sueño de rosas.
Ven a mí, quiero quererte
y traspasar tomado a ti,
los umbrales de mi muerte.

Ven a mi mujer hermosa...
dame el vino de tu boca.
Cubre con tu piel tersa, sedosa
todas mis ansias,locas
por todas tus lindas cosas,
mientras que yo me embriago
con el licor de tus copas.

Ven a mí, mujer hermosa...
la larga noche, que espere.
Desgrana en mis oídos tu pena,
y que junto con las mías, se enrede
dentro de mi alma, serena,
mientras que poco a poco muere
en tus labios de quimera.

Ven a mí mujer esposa...
bebamos del amor el gozo.
Y la cruz de nuestra vida hermosa
carguemos con placer airoso...
Dejemos que la noche... ¡al fín!,
se lleve en su pasar, brumosa,
la pena, que ahora vive en tí.

Mario López Barreto.
Febrero de 2004.

Ese polvo.

ESE POLVO. . . (Temblor del 30 de enero de 2003)

Ese polvo que respiras por las calles
con olor a tragedia y sufrimiento,
es dolor encerrado en los recuerdos,
que penetra más allá del pensamiento.

Es recuerdo de mi calle y de mi barrio
que atraviesa el umbral del sufrimiento.
Es desecho de los muros derribados
desahijados sin piedad de sus cimientos.

Ese polvo que respiras por las calles
con olores de otras eras ya perdidas,
lleva trozos de nostalgias y recuerdos
entre sombras de tragedias y alegrías.

Es tristeza, que volvió desesperado
al rico y al pobre, y en afán velado,
el rico al pobre le tendió su mano,
con amor, a su dolor de hermano.

Ese polvo que respiras por las calles,
Es la huella de un temblor horrible
que en enero sacudió todo Colima,
y derrumbó, lo que creía imposible.

Dos mil tres, quedará en nuestra memoria
pues cayeron de golpe muchas vidas
Y ese polvo, que salió de los escombros
sacó de pronto la mortal euforia.

Huracanes, terremotos y volcanes
no terminan nuestra tierra de quimeras
mientras haya en pié, verdes y erguidas
el penacho esmeralda de sus palmeras.

Llegan ya, las ayudas de otros lados
y se entregan a la gente deprimida.
Más de todo... Lo mejor es dado,
El amor de nuestra gente consumida.

Mario López Barreto.
Enero 30 de 2003.

La iguanita verde (canto infantil).

Brinca iguanita verde,
brinca de tu matorral
guárdate bajo la piedra,
que el ticuz, hambriento está.

Brinca iguanita verde,
escápate de tu mamá,
del ticuz y de los hombres,
todos muertos de hambre están.

Brinca iguanita verde,
no te dejes alcanzar
de los niños, tan malvados,
que te quieren apedrear.

Brinca iguanita verde,
brinca de tu matorral
guárdate bajo la piedra
que el ticuz, hambriento está.

Mario López Barreto.
16 de mayo de 1959.

¿Tonto yo...?

¿Tonto yo...?
Sí, soy tonto que se aleja del amor,
cuando lo tengo a la mano...
y prefiero reprimirlo...
aunque muera de dolor...

¿Tonto yo...?
Si, soy tonto, porque amando
más me alejo del amor,
para luego suspirando...
aligerar mi dolor...

¿Tonto yo...?, ¿tonto yo...?
¡Sí soy tonto... necio y bruto...!
pues no encadeno mis miedos,
para luego: arrepentido, insulso...
suspirar por el amor muy quedo.

Si, soy tonto, tonto, tonto...
pues dejo ir mi corazón al verla
y seguir tras de su linda huella,
pudiendo de rodillas convencerla
que vuelva a mí, todita ella.

Mario López Barreto
Junio de 1970.

Ausencia...

Mañana que la ausencia,
fatal nos martirice,
que lejos ya no pueda
mirar su linda faz...

Recuerda que te quiero,
con sinigual cariño,
que nunca ni por nadie
te dejaré de amar.

Que te hablen de mis quejas
las tímidas violetas
las blancas margaritas
perfumen nuestro amor.

Recibe con cariño
los besos de mis labios,
que en ellos, yo te entrego
todo mi corazón.

Mario López Barreto...
¿Es mía?... ¿La encontré?... No lo sé pero la tengo conmigo.

Todo mi sueño

Todo mi sueño, eres tú...
en tu cabeza de ángel ceñida la corona
de estrellas, de meteoros,
los anillos de saturno como aureola
empuñando la espada con el fuego de oro.

Mi más grande sueño, eres tú...
y tu voz, y tu mirada y tus encantos
que cifrados en clave indescifrable,
percibo y vivo con el alma, en tanto,
mi cuerpo vibra de emoción y llanto.

Todo mi sueño, eres tú...
y al despertar escucho, los sonidos del silencio,
que rompe el encanto nocturnal, y luego,
viene a mí el deseo de seguir soñando
y estar contigo en el compás del tiempo.

Todo mi sueño, eres tú,
y tenerte para siempre en mi camino,
y luego pienso y digo..
Ni realidad ni sueño... es un seguro,
estar contigo. estar sin tí, es mi destino.

Enero 18 de 1971.

De esos soy yo...

Yo no soy del norte, "ni del Norte de Colima" como decía mi apá, pos más bien soy del sur donde canta la brisa entre palmeras, y las pocas que nos quedan, marchan y llevan en alto como enseñas de victoria los pendones desplegados. Soy de los que crecieron y vivieron en la costa, que altiva, lucha entre estertores de muerte, por defender su esencia, su flora y su fauna, que insaciables: el progreso y la ambición osan destruir.

Yo soy de los que aman el canto del zenzontle, del canario y de los mirlos de las barrancas volcánicas, y el argüende de los pericos guayaberos, los zanates y ticuces, que al caer la tarde costeña, huyen al recinto fresco de sus nidos; amo el rumor del arroyuelo que ríe sobre su cauce, lamiendo lo viejos troncos de los mangos y los mojos, amo el murmullo de las olas del mar que derraman sobre su playa insaciable el aroma de su sal; amo el soplo del viento cálido, la fresca paz y la furia intempestiva del volcán de fuego, que refleja su penacho gris sobre el rostro nacarado de su viejo hermano, el volcán nevado. Amo los sabores de mi tierra: los dulces de mango y los tamales de ciruela, los áciditos del limón y tamarindo, amo el sabor salado de su flor de mar concertida en sal con el sudor del obrero y el inexplicable y exquisito sabor de la guanábana, de la anona, de la pitaya agridulce, del mamey, la guayaba y el chicozapote.

Yo soy de los que aman el resplandor de los paisajes de su tierra, los azules multicolores de su mar y de su cielo, los rojos impredecibles de sus atardeceres, los verdes cambiantes de sus llanuras y montañas. Amo la plata de su luna que curiosa se refleja en el espejo de sus lagos y lagunas; amo la huella de sus caminos, la morada humilde que habita su gente, construída entre los mangos, los cafetos y los parotales. Amo los ocres de sus otoños, pintados en sus cosechas y sus montes, amo el dorado de su sol de medio día, que tuesta los maizales en el llano, amo el blanco dental de la risa de sus niñas y el talle inquieto de sus mozas que se cubren con la blancura de sus almas pías, y que engalanan su cuello con collares de colorines y adornan su pelo con cintas y jazmines.

Yo soy de los que aman la piel morena de sus indios, arrugados por la fuerza del sol canicular, de pelo ralo y lamido, de ojos pequeños y mirada inteligente; amo la sonrisa pura y virginal de sus niños y el cantar bravío de sus jóvenes que a capela imitan las canciones populares de los artistas mercenarios... Dejando en el olvido, hoy,  las tonadas sutiles, dulces y fragantes de la lengua náhuatl de sus antepasados, para aceptar a las bandas y los roncanroleros que más que cantar, berrean.

Yo soy de los que fueron arrullados en su cuna, forjada con sogas y costales y sostenida en horcones de coral, mecida al viento y escuchando los cantos armoniosos de mamá, que con dulces tonadilla, susurraba en fugaz apuro: "Duérmase mi niño, duérmaseme ya, porque viene el viejo, y se lo comerá... A la rorro niño a la rorro ya, duérmase mi niño, duérmase mi amor..."

Yo soy de los que forjaron su familia en base a los valores transmitidos, con esposa e hijos y nietos de Colima, a los que enseñé a amar del mismo modo que aprendí: lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos.

Yo soy de los que piensan que sus restos mortales, deberán convertirse en savia, para que crezcan sus frutos, y que lo único que debe soportar el tiempo es el deseo de que Colima y México, sean cada vez más grandes y más fuertes, cuna de grandes oportunidades para todos.

Yo soy de los que aman a sus antepasados, a sus coetáneos y a las futuras generaciones, de quienes depende la gran oportunidad del verdadero cambio interno, para que la mejoría, en todos los aspectos, llegue a su nivel de vida sin romper ni destruir lo poco de bueno que nos queda.

No cambiaré por nada, de eso estoy seguro, y seguiré luchando desde mis pobres trincheras, para que el sueño de muchos y muchas se cumpla.

De ésos soy yo.
Mario López Barreto.
Enero de 2005.