Ese polvo.
ESE POLVO. . . (Temblor del 30 de enero de 2003)
Ese polvo que respiras por las calles
con olor a tragedia y sufrimiento,
es dolor encerrado en los recuerdos,
que penetra más allá del pensamiento.
Es recuerdo de mi calle y de mi barrio
que atraviesa el umbral del sufrimiento.
Es desecho de los muros derribados
desahijados sin piedad de sus cimientos.
Ese polvo que respiras por las calles
con olores de otras eras ya perdidas,
lleva trozos de nostalgias y recuerdos
entre sombras de tragedias y alegrías.
Es tristeza, que volvió desesperado
al rico y al pobre, y en afán velado,
el rico al pobre le tendió su mano,
con amor, a su dolor de hermano.
Ese polvo que respiras por las calles,
Es la huella de un temblor horrible
que en enero sacudió todo Colima,
y derrumbó, lo que creía imposible.
Dos mil tres, quedará en nuestra memoria
pues cayeron de golpe muchas vidas
Y ese polvo, que salió de los escombros
sacó de pronto la mortal euforia.
Huracanes, terremotos y volcanes
no terminan nuestra tierra de quimeras
mientras haya en pié, verdes y erguidas
el penacho esmeralda de sus palmeras.
Llegan ya, las ayudas de otros lados
y se entregan a la gente deprimida.
Más de todo... Lo mejor es dado,
El amor de nuestra gente consumida.
Mario López Barreto.
Enero 30 de 2003.
Ese polvo que respiras por las calles
con olor a tragedia y sufrimiento,
es dolor encerrado en los recuerdos,
que penetra más allá del pensamiento.
Es recuerdo de mi calle y de mi barrio
que atraviesa el umbral del sufrimiento.
Es desecho de los muros derribados
desahijados sin piedad de sus cimientos.
Ese polvo que respiras por las calles
con olores de otras eras ya perdidas,
lleva trozos de nostalgias y recuerdos
entre sombras de tragedias y alegrías.
Es tristeza, que volvió desesperado
al rico y al pobre, y en afán velado,
el rico al pobre le tendió su mano,
con amor, a su dolor de hermano.
Ese polvo que respiras por las calles,
Es la huella de un temblor horrible
que en enero sacudió todo Colima,
y derrumbó, lo que creía imposible.
Dos mil tres, quedará en nuestra memoria
pues cayeron de golpe muchas vidas
Y ese polvo, que salió de los escombros
sacó de pronto la mortal euforia.
Huracanes, terremotos y volcanes
no terminan nuestra tierra de quimeras
mientras haya en pié, verdes y erguidas
el penacho esmeralda de sus palmeras.
Llegan ya, las ayudas de otros lados
y se entregan a la gente deprimida.
Más de todo... Lo mejor es dado,
El amor de nuestra gente consumida.
Mario López Barreto.
Enero 30 de 2003.
1 comentario
Norberto Mendoza -
Con todo y polvo viejo, con todo y las tragedias, siempre habrá una palmera erguida en reconocimiento de la grandeza de sus hombres.
Con todo.....sería feliz yo viviendo en su paraiso. Ojalá algún día
Xonchun.