A propósito de pecado...
¿Qué soy yo, sin tu pecado?...
Sólo un trozo de amor desesperado
que culmina la noche envuelto en llamas
sin llegar a convertirse en las cenizas,
y en la paz de tu rescoldo, ya sin flamas
apagar todas mis ansias de caricias.
Tengo miedo de entregar en el ocaso
de mi vida que apenas se derrama,
y en la dicha de un placer morboso
sobre el blanco sudario de mi cama
mi cuerpo inerte que en fugaz reposo
se entregue inquieto al anhelante gozo.
¿Qué soy yo sin tu pecado?...
Ese pecado que disfruto y aborrezco...
¿Sabes que soy yo?. ¡No soy nada!...
O tal vez soy, el deseo que al reprimirse,
emerge y exige los besos que lo sacian
para explotar de dicha y al placer rendirse.
¡No soy nada, y en mí, todo es vacío!
y de erótico placer me encuentro huído,
si tú no pecas, y me niegas tus caricias,
y siguiendo la voz de tu albedrío,
tú me niegas el amor que tanto anhelo
y así, sin las caricias de tu cielo..
¡No soy nada, nada soy, yo... ! desde luego.
Mario López Barreto.
Agosto de 1971.
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