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La guarida del zorrito

Ayer tarde

Ayer tarde, en la penumbra del celaje
que envuelve la noche de mi interno yo,
humedece mi desierto, cual fugaz oleaje
el recuerdo hermoso de tu gran amor.

Los pájaros negros, parleros de mi tierra
acuden al llamado de la noche azul,
a dormir muy juntos la pesada noche
en fugaz ceremonial, hasta la nueva luz.

Y yo, triste de mí, en mortal monotonía
regreso a los campos de mi mente gris,
tratando de que el sueño, con piedad dolente,
como en suaves olas, me regrese a tí.

Mario López Barreto.
Marzo 6 de 2005.

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