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La guarida del zorrito

CARAY... MURIÓ DON POPO NARANJO...

Hola...

¿Ustedes creen que las desgracias no llegan solas?... Yo sí.

El día 15 de junio, perdí a mi madre (ya se los conté), el día 12 de julio, a menos de un mes de distancia, después de salir de mi trabajo, estando ya tomando mis sagrados alimentos, me llamó un amigo para decirme... -¿Oye, sabías que murió el Popo Naranjo?... -No, le contesté, ¿luego de qué murió? -No, pues que de un infarto. Mira te aviso porque a las cinco de la tarde va a ser la misa y de ahí al panteón municipal el sepelio.

¿Y quien es Popo Naranjo?. Bueno es un amigo conocido en todo mi pueblo (Tecomán, Colima, México) Él fué hijo del único fotógrafo que había en Tecomán hasta hace como unos cuarenta años en que llegaron otros, tenía papelería, era oficial del registro civil, casamentero, arrendador, y dicharachero, se llamaba Don Zenaido, era de Colima de donde vino a radicar en la época de oro de la agricultura algodonera de Tecomán y siempre tenía una sonrisa amable, sabía ser discreto y orientador. Tuvo dos hijos Uno que es abogado en Colima, y Popo, que no estudió porque siempre vivió al lado de su padre.

Joven, casó con una hija de Don Jesus Gómez, rico terrateniente que se llama Isaura, Chagua para sus amigos... Con ella procreó un hijo y dos hijas, él sin estudiar y ellas profesoras en activo, actualmente.

Popo, cuyo nombre era Rodolfo A. Naranjo, fué un hombre amable, sin más vicios que el cigarro (como su papá), y jugar barajita... Eso que le llaman paco, y que se juega con cinco mazos de cartas españolas, para hacer un total de 200 cartas en conjunto (uta, hasta barajarlas da gueva). Puso un negocio de regalos y artículos deportivos junto a la presidencia municipal, donde todo mundo lo conocía, y su esposa Chagua, hacía piñatas hermosísimas, multicolores y de cualquier forma que se le ocurrían, payasos, pinos, flores, estrellas, animales; etc. Los diciembres, no se daba abasto para surtir los mcuhos pedidos de parte de los entonces fiesteros oficinistas, escuelas y papás que no veían completas las fiestas decembrinas sin la tradicional quiebra de la piñata.

Mi amistad, con él, vino a través de mi profesión contable, pues tuvo problemas de atrasos y sanciones, que le solucioné y desde entonces era yo el encargado de llevar las cuentas de tan pequeño changarro, sin cobro pues era muy pequeño en realidad y no me costaba trabajo alguno, el se desatendió del fromato para el pago de sus impuestos y derechos comerciales, y para él, eso fué un gran favor, de ahí su agradecimiento, favor que pagó con creces.

Posteriormente, vino mi matrimonio, llegaron los hijos con las constantes compras de uniformes, balones y otras chácharas solicitadas en el colegio donde estudiaron mis retoños. Ahí los conoció y los empezó a amar, fueron para él como sus hijos también, y siempre (como su papá), tuvo una palabra orientadora para ellos, una sonrisa amable y un regalito, desde un silvato, un pisapapeles, hasta una botella (ya de viejos por supuesto) de buen vino tinto. Mis hijos, como yo, lo extrañamos.

Bueno, tenía que describirles quien era don Popo Naranjo, para poder identificarlo y seguir con mi cuento: Sucede que estaba yo en la misa de cuerpo presente de don popo, cuando (chin), en plena consagración sonó mi celular, apenado salí del templo para contestar y era mi jefe, para pedir que me informara respecto a dos de mis empleados en la oficina que según sus familiares, no habían regresado a su casa después de salir de su trabajo.

Salí de inmediato después de la misa, para acudir con los demás compañeros de oficina y fué una de ellas quien me dijo que mis empleados: uno de 21 años y el otro de 26, habían sido asesinados en el mismo vehículo de uno de ellos.

¡Ay Dios!... Acerté a decir solamente. Desde ese momento y hasta 48 horas después, fué visitar velorios, panteones y juzgados... ¿Por qué será que las desgracias no llegan solas? ¿Alguien allá arriba, juega con nosotros? ¿Es justo?... No sé. Afortunadamente se aclaró el motivo de las muertes de ésos dos jóvenes prometedores, justo cuando iniciaban a vivir, y todo fué a manos de un loco compañero de escuela de uno de ellos, según, por diferencias con él. No se vale.

Les cuento esto, porque creo que vale la pena reflexionar sobre los valores que estamos transmitiendo a nuestros hijos, ni duda cabe que: la influencia televisiva, el cine, la prensa y el consumismo, están acabando con nuestra juventud. ¡Lástima!

Descanse en paz don Popo Naranjo, un viejo querido en su pueblo, padre de familia y buen ciudadano, y descansen en paz tambien, ésos chavos que no podrán ver nacer a sus hijos, que no podrán participar en la construcción de un nuevo México, todo por un chavo loco que no supo conducir sus diferencias a través del diálogo.

Mario López Barreto.
1 de septiembre de 2005.

3 comentarios

Andres Michel Amezcua,Hijo de Carmen Lopez Barreto!! -

Tio !!Que gusto meda saber que todos estan bien, saludeme a todos porfavor...me encanta la Historia..

Fogerty -

muy buenos posts

salu2

Norberto Mendoza -

Que bueno que se da tiempo para escribir...

Saludos